El bajo
El bajo eléctrico, llamado sencillamente bajo,1 es un
instrumento musical melódico de la familia de los cordófonos, similar en
apariencia y construcción a la guitarra eléctrica, pero con un cuerpo de
mayores dimensiones, un mástil de mayor longitud y escala y, normalmente,
cuatro cuerdas afinadas según la afinación estándar del contrabajo, su
antecesor.2 3
Salió de la necesidad de producir los sonidos rítmicos
graves con un instrumento más compacto, barato, fácil de producir y transportar
que el contrabajo, que era el instrumento encargado de esta tarea en los años
cuarenta y cincuenta. Para esto, el bajo adoptó una forma bastante similar a la
de la guitarra, aunque luego esto provocó que algunas personas confundieran
estos dos instrumentos.
Con el objetivo de evitar un uso excesivo de líneas
adicionales en el pentagrama, el bajo eléctrico ―al igual que el contrabajo―
suena una octava más grave que las notas representadas en notación musical.
Como la guitarra eléctrica, el bajo eléctrico necesita ser conectado a un
amplificador para emitir sonidos. Desde los años cincuenta, el bajo eléctrico
ha reemplazado progresivamente al contrabajo en la música popular como el
instrumento de la sección rítmica que se ocupa de las líneas de bajo.4 Aunque
estas varían notablemente en función del estilo de música, el bajista cumple
una función similar con independencia del estilo de que se trate: establecer el
marco armónico y marcar el tiempo o «pulso rítmico».5 El bajo eléctrico se usa
como instrumento de acompañamiento o como instrumento solista en prácticamente
todos los estilos de música popular del mundo, incluyendo el blues, el
flamenco, el jazz, el pop, el punk, el reggae y el rock.
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